martes, 24 de febrero de 2015

Exposicion IES Juan Rubio Ortiz.

MINOTAURO
HISTORIA DE UN CICLO
Hoy se ha inagurado la exposición de Indalecio Pérez y a la audición de la obra musical compuesta por Juan Cruz.
Con motivo de la celebración del día de Andalucía, a la cual ha asistido la Delegada territorial de Educación, Cultura y Deporte en Almería, Isabel Arévalo Barrionuevo.

Isabel Arévalo Barrionuevo, nacida en 1966, es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y diplomada en Magisterio por Filología Francesa en la Universidad de Almería.

La delegada territorial de Educación, Cultura y Deporte es funcionaria del Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria desde 1994 y ha ejercido su labor docente en el Instituto Sierra de Gádor de Berja (Almería), donde ha sido profesora de Lengua y Literatura y jefa de Departamento entre 2006 y 2011.
 
 PROGRAMA

Departamento de Lenguas Clásicas
Lectura de la historia de Minotauro, Griego y Latín
Martín Francisco Cerván Gálvez, profesor
Adoración García Torres, alumna de 2o bto CH
Andrea Raluca Dragomir, alumna de 2o bto CH

Departamento de Lengua
Crítica de la obra.
Joaquín Aguirre López.

Departamento de música.
Interpretación de la obra Moira de Juan Cruz Guevara, compuesta espacialmente para este evento. Interpretan:
  • Antonio Jesús Sánchez Gómez, profesor de música.(saxo alto)
  • Carmen Pastor Cruz, alumna de 2o ESO ( Clarinete)
  • Indalecio Pérez Cruz, alumno de 2o ESO( Saxo Tenor)  
  • Carlos Pérez Cruz, alumno de 2o ESO(percusión)
     
Nacimiento.
Minos nace como fruto del laberinto de las pasiones humanas, ya nace con la fuerza bruta del animal, la necesita para salir de dicho laberinto. Su carácter es agresivo como elemento para combatir lo que aún desconoce. Es su medio natural de defensa. En su laberinto habita el caos y proporciones matemáticas.

Juventud.
Minos se muestra altanero, otea el horizonte, no tiene miedo a nada, de hecho cree que el laberinto es algo ajeno a su existencia, incluso cree que lo domina, el se cree centro del universo, puede con todo, altivo, sin miedo y con grandes sueños, su mente no tiene límites y su fuerza tampoco.
Su laberinto se eleva como sus sueños en proporción áurea.

Plenitud.
Minos es por primera vez consciente de que el laberinto no es un elemento ajeno a su existencia, sino que, es parte de el mismo, esta verdad le aterra y le hace caer. Se siente apesadumbrado pero su fuerza animal le anima a seguir adelante, con rabia.
Su laberinto es concéntrico, como su existencia.

Muerte.
Minos muere por la espada de sus propias decisiones y pasiones, el laberinto toma lo que es suyo, de el nació. Ya no necesita la fuerza animal, su saber lo hace bello, humano y como tal deja de existir.


Sin la entidad del yo y del mundo en el que estamos sumidos no hay reconocimiento del ser. Eso es lo que parece transmitir Asterión en la serie escultórica de Indalecio. El minotauro engendrado de una manipulada pasión a gusto de los dioses deja a un lado la imagen de antagonista forzado y se convierte en un actor, que nunca erguido, parece estar sumido a medio camino entre el deseo, la ensoñación y la incapacidad.

La tradición nos obliga a pensar que Asterión es una herramienta animal, el castigo a los humanos, la razón de ser del héroe... pero con estas esculturas se nos presenta algo que parece nuevo y diferente. El concepto de minotauro y laberinto aparentan ir unidos y lo corroboramos en ellas, aunque el reconocimiento de nuestro protagonista y de su realidad lo cambia todo.

Nacido de la sumisión de las pasiones va reflejando desde la arrogancia y la inconsciencia juvenil los hilos invisibles que manipulan el devenir. Carente de ferocidad hasta asumir lo real y sumido en una existencia que sobrepasa sus fuerzas con el tiempo agotado, hace frente al laberinto, a sabiendas de su derrota. Todo esto anticipado con conscientes y escrupulosos caminos de múltiples quiebros y lances que tienen un mismo sentido.

Como final, el frío estoque de la muerte revela dos cavidades unidas por la misma membrana. Así, la dualidad laberinto y minotauro, destino y pasión, se muestra como un mismo ser que vuelve a recuperar algo que es suyo.

Con ojos de espectador poco paciente la identificación con el protagonista es directa, de forma consciente e inconsciente. Con ojos de Teseo, este Asterión no supondría alcanzar el estatus de héroe, sino de liberador. Con los ojos de Indalecio, es el reconocimiento de la vida misma y de que todas las pasiones que nos mueven son el principio, el fin y su sentido.

Joaquín Aguirre López. Filólogo.


Esta exposicion estara hasta el jueves para poder visitarse en horario lectivo.

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