jueves, 31 de enero de 2013

Mármoles Carmona cruza el mapa de Rusia a Canadá

Las chimeneas de Carmona Mármoles cruzan el mapa de Rusia a Canadá

La empresa, instalada en Macael, está especializada en la elaboración de estos elementos exclusivos El 99% de su producción va destinado a la exportación.

Una empresa almeriense con pleno carácter internacional. Esta es Carmona Mármoles, ubicada en el Polígono Industrial Rubira Sola en Macael y constituida hace unos 17 años y dedicada exclusivamente a la elaboración y comercialización de chimeneas de piedra natural. "La empresa comenzó con mi padre, quien hace en torno a 50 años empezó con otra sociedad. En 1995 vendió su parte y fundó al año siguiente Carmona Mármoles con el apellido familiar", explica José Ramón Carmona, gerente de la firma.

Desde sus inicios, la empresa lo tenía claro: el mercado de las chimeneas estaba en el exterior. "Empezamos con Irlanda y continuamos con Inglaterra, Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Estos países fueron la base de esta empresa, mandábamos dos y tres camiones semanales", apunta Carmona. La firma, por lo tanto, comenzaba a exportar en 1996 y al año siguiente ya se promocionaban en ferias como Verona en Italia y otras en Alemania y España. La exportación supone el 99% de su volumen de negocio, sobre todo, las ventas a Europa.

Durante estos años la expansión no ha dejado de ser una prioridad para la empresa, así "nos adentramos en los mercados de la antigua Rusia, República Checa, Letonia, Bulgaria y Rusia. También México y Canadá".

Mármoles Carmona trabaja con piedra de todos los puntos de España, Grecia, Turquía, Francia, Bélgica, Guatemala, Paquistán, prácticamente del mundo entero. La empresa compra los bloques y, una vez en las instalaciones en Macael, en ellas se realizan los cortes a medida, "para un producto artesanal y de decoración. Nunca nos hemos dedicado a productos relacionados con la construcción como baldosas o escaleras".

Según explica Carmona, dependiendo en el país en que se venda, el mercado prefiere un tipo de piedra u otra; tener variedad implica poder adaptarse a cada cliente. "Por ejemplo, en Holanda se decantan más por piedras de países vecinos como Francia o Bélgica; Rusia, por su parte, demanda piedras más preciosas y lujosas. Dejando a un lado la procedencia de la piedra, una parte de Europa como el Benelux tiene unos gustos de chimeneas con mármol aburjardado y envejecido, mientras los rusos se declinan más por productos más brillantes, les gusta demostrar su poderío, quieren chimeneas caras de medidas exageradas para mansiones de grandes alturas".
Respecto al proceso de trabajo, toda la elaboración de las chimeneas se realiza en Macael, donde también se montan y se comprueba que quede todo esté perfecto. Entonces, de acuerdo a las palabras de Carmona, se fotografían y la imagen se manda al cliente; a continuación, se embalan y envían a los distribuidores en país de destino, quienes son los encargados de montarlas y llevarlas al cliente final o venderlas a otras tiendas. "Trabajamos mucho a medida aunque tenemos algunos modelos estandarizados. Es muy difícil encajar modelo, medida, tipo de piedra y que coincidan con los requisitos de los clientes; por ello hacemos muchos pedidos especiales".

En cuanto a la producción, el gerente de Carmona Mármoles detalla que una vez llega el bloque de piedra a las instalaciones, lo cortan con un hilo convirtiéndolo en planchas manejables de 50 centímetros de grueso, "luego con un disco grande se hacen láminas de 3, 5 u 8 centímetros o el tamaño que el despiece de la chimenea requiera. Después, estas láminas pasan a un corte a medida". A partir de ahí, detalles como las cornisas u otros se realizan a través de un pantógrafo de control numérico que escanea y hace el relieve de la cornisa, los detalles, el ornamento. Una vez pasado el pantógrafo, las piezas pasan a manos de un artesano que le da la terminación manual y las lija para conseguir el brillo. Hechas todas las piezas se acoplan con pegamento especial para mármol que soporta el calor.

El hecho de no estar ligada a la construcción, de salir al exterior en época de bonanza económica y de destinar sus beneficios al pago de maquinaria y demás, ha provocado que la crisis pille a esta empresa totalmente saneada y le permita seguir afrontando el futuro. Pero las dificultades también las nota Carmona Mármoles, "las empresas que dependían del mercado nacional han vivido la crisis ya, nosotros empezamos a notarla; sin embargo no hemos tenido que despedir a nadie, todo lo contrario, en septiembre contratamos a siete obreros, pero desde octubre comenzamos a notar la flojera". Y es que la crisis no afecta sólo a España: "La crisis también se ha notado en el exterior. En los últimos años hemos estado muy centrados en el Benelux, era un pilar muy importante para esta empresa, pero ha caído, no tan rápido y temprano como España pero el descenso ha sido igual, pero buscamos otros lugares en los que vender nuestros productos".

Noticia El Almeria.

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