MARGOT MOLINA
Un equipo escanea en el Metropolitan Musem el patio del castillo de Vélez Blanco
La historia del Castillo de Vélez Blanco (Almería) se parece a la de los cantes de ida y vuelta. Más de un siglo después de que sus propietarios desmantelaran el monumento renacentista, el gran patio a dos alturas y su monumental escalera volverán a su sitio gracias a los milagros de la tecnología.
Los espectaculares relieves renacentistas de mármol de Macael iniciaron su viaje de ida en 1904, cuando los duques de Medina Sidonia vendieron el patio de Honor a un marchante francés por 80.000 pesetas. El conjunto lo compró el magnate norteamericano Georges Blumental, quien lo donó en 1954 al Metropolitan Museum de Nueva York (Met). Sus balaustradas, columnas y arcos -piezas claves de la arquitectura palaciega del renacimiento español- se han convertido en una de las grandes atracciones de The Cloisters, la sección del Met que se dedica al arte Medieval europeo en un apacible espacio desde el que se otea el río Hudson.
La vuelta, claro está, no será la de las piezas originales, pero sí la de una réplica exacta que llenará las paredes desnudas de la fortaleza-palacio, un castillo declarado Bien de Interés Cultural (BIC) que adquirió la Consejería de Cultura en 2004. El escaneado de los mármoles lo realiza la empresa española DestaCad, que comenzó a trabajar el pasado día 9 y tiene hasta finales de agosto para escanear en tres dimensiones todo el conjunto. Hasta entonces, y gracias a la colaboración del Met, las salas del castillo de Vélez Blanco permanecerán cerradas al público.
"Usamos un sistema de digitalización desarrollado por la empresa alemana Steinbichler. Se trata de un escáner que mediante una especie de pistola proyecta un haz de luz láser de 100 milímetros de anchura que captura millones de puntos de las zonas que se están digitalizando. Esos puntos se van reproduciendo en el ordenador en un programa que reconstruirá el patio entero en tres dimensiones", explica Alejandro Arjona, uno de los ingenieros de DestaCad que está trabajando en el proyecto.
Cuando el rompecabezas esté resuelto de forma virtual, el programa volverá a dividir el conjunto monumental en piezas de forma que la Escuela de Mármol de Andalucía, ubicada en Fines (Almería), pueda empezar a reproducir fielmente los relieves que recrean los trabajos de Hércules y los triunfos de Julio César. Además, la escuela ha localizado la misma beta de mármol de Macael de la que se extrajeron las piezas originales.
"A simple vista las piezas serán idénticas porque el láser captura cuatro o cinco mediciones por milímetro. Sólo hay algunas limitaciones en las esquinas, cuando el sensor colisiona con las paredes, pero eso será inapreciable", explica Arjona, que es ingeniero industrial al igual que Pedro Santos y Leonardo González, los otros dos fundadores de DeltaCad.
Los primeros días de trabajo en The Cloisters han servido para captar la planimetría de todo el conjunto de forma general, con mediciones de un punto por cada tres milímetros. Dos técnicos trabajan en el patio de Honor 12 horas diarias, de nueve de la mañana a nueve de la noche. La mayor dificultad para escanear las piezas se debe a su altura, de hasta nueve metros, y al peso de la pistola (1.300 gramos) que los técnicos deben sostener a diez centímetros de las obras durante un minuto por cada centímetro que escanean.
"Éste es el proyecto más importante al que nos hemos enfrentado y es la primera vez que alguien aplica esta tecnología en el Metropolitan. Antes habían usado luz blanca, un método que falla cuando la superficie es oscura, absorbente o reflectante y necesita que se aplique un producto, algo que ya no se autoriza para preservar las obras", añade Arjona.
Noticia de El Pais
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