viernes, 13 de abril de 2012

Un grupo de mujeres de Macael vuelve a colaborar con un orfanato en Senegal

Nuevamente y por segundo año consecutivo, un grupo anónimo de mujeres de Macael ha querido colaborar de forma desinteresada con el orfanato La Pouponnière, de Dakar, Senegal. Ya en 2011 enviaron una cantidad de dinero que sirvió para cubrir gastos de alimentación de los más de 80 niños y niñas menores de un año que viven en el centro y que han quedado huérfanos de madre durante el parto. Los padres y el resto de la familia, antes la imposibilidad de hacerse cargo de ellos, ceden su cuidado a este centro, donde permanecen hasta que cumplen un año. En ese momento, si los familiares pueden hacerse cargo de los pequeños, se los llevan a casa y durante los primeros meses reciben ayuda alimenticia del orfanato. En caso de que los familiares no puedan acogerlos en su casa, existe la posibilidad de la adopción nacional e internacional. De hecho, son varias las familias españolas que han viajado hasta Senegal para adoptar a uno de estos bebés.

Gracias a la colaboración solidaria y desinteresada de estas mujeres de Macael, el dinero donado servirá para sufragar gastos de manutención de los pequeños, que a pesar de las duras condiciones de vida que deben soportar, en este centro crecen sanos y rodeados de cariño.



La Pouponnière
La Pouponnière de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María fue fundada el 5 de agosto de 1955.
El objetivo principal era completar el trabajo que la sobrecarga de los servicios hospitalarios no les permitía llevar a cabo.
Debido a que los niños tratados por desnutrición, malnutrición y Kwashiorkor se ven obligados a salir prematuramente de los hospitales, la Pouponnière buscaba hacerse cargo de ellos para consolidar e intensificar el tratamiento iniciado en el hospital.
Poco después surgió una necesidad aún más urgente que la anterior: acoger a los recién nacidos cuyas madres acababan de morir. Esta frecuente situación dificulta aún más la supervivencia del niño, debido a:
·        - Los precarios medios de higiene.
·        - Las dificultades materiales y pecuniarias inherentes a la alimentación de un recién nacido.
·        -  Los tabúes y costumbres que no están a favor de la supervivencia del niño.
Es así como la necesidad de ayudar a las familias para luchar contra la mortalidad infantil se hace cada vez mayor.
Debido a esto la Pouponnière evolucionó, aceptando extraer al niño temporalmente de su entorno familiar, exclusivamente cuando contribuya a su bienestar.
No se trata de una solución fácil sino una suplencia temporal para los casos difíciles o imposibles. En dichos casos, los bebés mantienen contacto con sus familias, siendo el objetivo que sus padres o familiares los visiten los domingos en la tarde.
Se trata de darle al niño lo máximo posible para que desarrolle un gusto por la vida. Si se desarrolla normalmente y come los alimentos del país (arroz, pescado, carne y verduras frescas), regresa con su familia al cumplir el año.
Los niños prematuros permanecen más de un 1 año hasta que su desarrollo inicial se encuentra en fase normal. Antes de regresar a sus casas, los niños reciben la vacuna de la PEV. Además, se continua ayudando a la familia, otorgándole mensualmente la ración alimentaria de leche del niño hasta que cumpla dos 2 años de edad, a partir de cuando se considera que la familia puede encargarse completamente.
La Pouponnière responde también a un llamado más crucial que el anterior: acoger al niño abandonado. Por todos lados llegan al mundo niños no reconocidos por sus padres. Este reconocimiento es indispensable para que el bebé sea aceptado por la familia.
Generalmente hay dos tipos de casos de niños abandonados:
·    - Bebés encontrados en las vías públicas, la policía los recoge y los lleva al centro, ya sea directamente o lo más común, después de una corta estancia en el hospital Dantec donde son llevados inicialmente.
·     - Bebés cuyo nacimiento constituye un problema para la familia, sea cual sea el motivo: niños nacidos fuera del matrimonio, niños de padres que no son de la misma etnia, o niños de madres jóvenes, que los padres de familia rechazan sin piedad alguna, por lo que las madres se ven obligadas a renunciar a su maternidad.
Estos bebés son confiados por el Tribunal Regional de Dakar y pasan a ser criados, alimentados y queridos en la Pouponnière, hasta que el Presidente del Tribunal se los confíe a una familia que solicite adoptarlos.
Las adopciones son hechas tanto por ciudadanos africanos como de otros continentes.
La Pouponnière también recibe, excepcionalmente, a recién nacidos cuyas madres han sido hospitalizadas hasta que ésta sea dada de alta.




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