Los pueblos grandes eligen el control del botellón frente a la prohibición
Las fiestas de Olula del Río, Macael o Albox son una muestra de cómo los ayuntamientos han alejado su práctica del casco urbano minimizando las molestias.
Lejos de desaparecer, la siempre polémica práctica
del botellón entre los jóvenes se mantiene como una de las principales
actividades en sus salidas nocturnas. Como consecuencia de las quejas
vecinales por el ruido y la suciedad que provocada, los gobiernos de las
mayores ciudades y capitales de provincia han decidido, en su mayoría,
prohibir esta práctica. Sin embargo, en el caso de pueblos más pequeños,
los dirigentes locales han optado en ocasiones por intentar regularlo
en la medida de lo posible.
Este es el caso de las localidades con un mayor número de habitantes
del Valle del Almanzora: Macael, Olula del Río y Albox, donde los
gobiernos municipales han habilitado un espacio para la asistencia de
jóvenes o bien simplemente han mantenido una actitud pasiva al respecto,
aprovechando la lejanía del lugar escogido por los propios vecinos.
Ante la dificultad para acabar con esta práctica de forma tajante, se ha
optado por controlarla.
‘Botellódromos’
Hace un año, las Fiestas de la Virgen del Rosario de Macael sirvieron
para prohibir por primera vez el consumo de alcohol en la vía pública. A
cambio, se adecentó un espacio en el auditorio municipal apartado del
núcleo urbano, donde los jóvenes que así lo desearon pudieron beber a su
antojo. Este año, el alcalde ha confirmado?? que de nuevo se llevará a
cabo esta medida, con motivo de la feria que se celebra el próximo fin
de semana. “Existe una ley estatal que prohíbe beber en la vía pública.
Nosotros sólo hemos pedido a las Fuerzas de Seguridad del Estado que se
regule esta práctica. No sé si habrá sanciones, aunque no es nuestra
intención. Lo que queremos es que se haga de forma ordenada y en un
sitio habilitado”, explicaba entonces el alcalde popular de Macael, Raúl
Martínez.
Un control similar fue el que realizó el Ayuntamiento de Olula del
Río el pasado fin de semana con motivo de la Feria de 2012. En esta
localidad, los jóvenes se concentran junto al margen del cauce del Río
Almanzora, un lugar “que no supone una molestia para los vecinos”,
aclara Antonio Martínez Pascual, regidor local, a la vez que confiesa su
rechazo por esta práctica. “No veo bien esa dinámica que están cogiendo
los jóvenes. Parece que si no beben no se divierten. Desde la Casa de
la Juventud vamos a intentar hacer actividades nocturnas para que tengan
otra vía de diversión”, anuncia sin negar la realidad existente, que no
es otra que un movimiento “que está presente; pero por lo menos que el
resto de la población no soporte esos problemas”. En el municipio
olulense, sin embargo, no se permite según el Ayuntamiento, realizar
botellones en las zonas de tránsito de peatones ni en parques públicos.
En Albox, en cambio, fueron los jóvenes quienes se desplazaron de
forma voluntaria hasta el recinto ferial para celebrar sus botellones.
Un espacio próximo al núcleo urbano separado de las viviendas más
cercanas por dos ramblas, una a cada lado.
Vigilancia
Como en el resto de localidades, ocasionalmente tienen lugar las
visitas de la Policía Local o la Guardia Civil para asegurarse del buen
transcurrir de la noche y para comprobar que los equipos de música de
los coches no se encuentran a un volumen demasiado elevado. Hasta el
momento, sin rastro de sanciones. “Tenemos la suerte de tener un espacio
amplio que es el recinto ferial. Entendemos que es un problema serio,
pero procuramos que la Policía Local haga un seguimiento y se informe a
los jóvenes para que molesten lo menos posible”, analiza el alcalde
albojense, José García (PSOE). Control y vigilancia frente a
prohibición. Debate aparte son las consecuencias que, a medio y largo
plazo, este tipo de práctica puede tener en la salud de aquellos jóvenes
que cada fin de semana acuden puntuales a su cita con la botella.
Noticia La voz de Almeria
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