El sector del mármol se ha convertido en un mercado laboral atractivo para cientos de inmigrantes ecuatorianos, pero aún son muy pocas las mujeres de esta nacionalidad las que acceden a él.
Soledad Gutiérrez/ almería
La inmigración tiene infinitas caras, tantas como inmigrantes hay. Desde finales de los años 90 España se viene enriqueciendo en multiculturalidad gracias a la llegada, masiva según muchos, de población inmigrante. Hace poco más de medio siglo España era país emisor de inmigración, pero en la última década el sentido de los flujos migratorios ha dado un giro convirtiéndose en el segundo receptor de inmigración mundial, por detrás de los Estados Unidos, según un estudio de
El cambio está en marcha, A principios de año cerca de 5.000.000 de personas residentes en España eran de otra nacionalidad y en la actualidad, uno de cada cinco habitantes de Almería son nacidos en otros países. Los principales focos emisores son Marruecos y países latino americanos corno Ecuador. Los nuevos vecinos europeos están afianzando su presencia y la gran cuestión es si estamos preparados para este gran movimiento de personas. En la provincia de Almería están representadas prácticamente todas las nacionalidades, con más de 115.000 nuevos vecinos extranjeros, según datos del padrón de principios de 2007, lo que la convierte en una de las más pobladas por inmigrantes de todo el conjunto nacional Nuestro mayor atractivo laboral es la industria de la agricultura intensiva en la zona de Poniente y el sector del mármol. En ésta última comarca se cifran en más de 8.000 los extranjeros llegados desde principios del presente siglo por diversos motivos, aunque el principal sigue siendo el económico y la búsqueda de empleo. Se trata de municipios menores de 10.000 habitantes, entre los que encontramos casos como el de Cantoria, con cerca del 20% de población inmigrante empadronada.
De excluirse el turismo residencial, la zona que más inmigración está aportando a
Son ya más de 7.000 los ecuatorianos que han elegido Almería como destino principal, y la mitad son mujeres. Teniendo en cuenta que en esta comarca alménense el principal motor económico se apoya en la industria del mármol, un sector con una tasa de paro técnico cero y muy masculinizado. surge la duda ante el panorama laboral de las mujeres inmigrantes, ecuatorianas en su mayoría, que residen aquí.
Los principales programas que desarrollan medidas específicas para la inserción laboral de la mujer se centran en las nacionales, aunque están especializados en ofrecer información y asistencia a mujeres extranjeras en situación de exclusión social Así,
Aún así, reconocen que en la mayoría de las consultas las demandantes preguntan más por trabajos que proporcionen un sueldo inmediato, sin necesidad de formación, ya que no disponen de tiempo, y a ser posible, que ofrezcan un contrato que les permita regularizar su situación en el país. Todas las ofertas formativas que han puesto en marcha orientadas a la especialización de la mujer inmigrante han fracasado por falta de asistencia. En las oficinas del SAE, sólo se encuentran inscritas como demandantes de empleo 17 mujeres ecuatorianas residentes en toda
El Centro de Información para Inmigrantes ubicado en Macael tiene poco más de un año de vida y ya ha atendido a unas 200 ecuatorianas. Se trata de una población muy joven, entre 23 y 33 años en su mayoría, es decir, en edad laboral; muchas no tienen permiso de residencia, aunque es un colectivo que mayoritaria-mente tiene los papeles. El 90% de ellas está unida sentimentalmente a otra persona y tiene dos o tres hijos/as. Muchas de las que no tienen descendencia, planean tenerla, hecho que confirma el crecimiento poblacional reciente en España.
El caso más numeroso se da una vez que la pareja ha encontrado trabajo y ve posibilidad de quedarse en España. Es en ese momento, cuando ponen en marcha la reagrupación familiar. Desde esta oficina también han comprobado que entre las mismas usuarias intentan establecer una diferencia entre las procedentes de la zona de interior de Ecuador y las de la cosía. Éstas últimas tienen rasgos físicos distintos a las de interior: son más altas, morenas, con una educación más "occidental" y mayor nivel de estudios, hay más casos registrados en estas oficinas de ecuatorianas procedentes de la costa con carreras universitarias, aunque la mayoría que reside en
La mayoría de las entrevistadas trabaja como empleadas del hogar, aunque también en el régimen agrario y en otros campos, como el mármol. Incluso hay una chica que ha ingresado en el cuerpo de las esfuerzas armadas.
Uno de los casos más positivos de integración y posición en el trabajo es el de Mercy, una joven ecuatoriana de 29 años, que lleva seis en España, y que trabaja para otra de las mayores empresas del sector, Cosentino. Mercy es de la costa, de una de las ciudades más habitadas del país, Guayaquil, Estudió Economía en su país al tiempo que trabajaba en la banca para adquirir experiencia. Una vez en España, siguió realizando cursos de informática y desde hace tres años trabaja como administrativa en Cosentino. En los pocos ratos libres que le quedan completa su formación con la parte tributaria de la carrera, para adaptarla al sistema español y lo hace a través déla Uned,
Mercy se sincera y reconoce que ha tenido suerte, ya que "no todas las chicas de mi país trabajan en una oficina", aunque ella tampoco lo ha tenido fácil. Fue una de las primeras jóvenes ecuatorianas en instalarse en la zona y tuvo que abrirse camino en un sector en el que la mano de obra principal es la masculina. Piensa seguir en Almería, aunque Se duele ver cómo empeora Ecuador.
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Olivia Margot, madre soltera, Lleva en España siete años aunque ansia volver a su país
Olivia trabaja en las Fuerzas Armadas. Una joven de tan solo» 26 años, madre soltera, que, a diferencia de lo que ocurriría con una chica española de su misma edad, ya sabe muy bien lo que significa trabajar largas jornadas, fines de semana y festivos incluidos, para mantener a su hija de apenas unos meses y enviar lo que puede al resto de su familia que se encuentra en Ecuador, Las remesas que envían los inmigrantes es una de las fuentes principales de crecimiento de los países pobres.
Olivia procede de una zona rural de Ecuador y ya lleva 7 años en España. Se vino amparada por la promesa de una vida mejor. Confiesa que no está interesada en recibir formación y que no le gusto nada el trabajo de la cantera y el mármol. Limpiando casas y cuidando ancianos dispone de más libertad para cuidar a su hija y se siente más cómoda haciendo un trabajo que conoce.
Está a gusto en España: aunque piensa en volver a Ecuador en unos años para estar con su familia, que vive en el campo. Sobre su hija, Sheila. de tan sólo siete meses, cree que será mejor que elija la nacionalidad que más le interese cuando cumpla los 18 años.
La pequeña ya forma parte de una nueva generación de españoles, aunque a su madre lo que más le interesa ahora es conseguir mejorar su nivel de vida y asegurar un futuro para el resto de su familia. Es. precisamente, por la imposibilidad de compaginar' trabajo y estudios por lo que muchas de las mujeres ecuatorianas residentes en esta zona no se plantean trabajar en el mármol. Los horarios de las fábricas, la necesidad de formación y experiencia previa y el predominio de hombres les suponen serios inconvenientes. Por esto mismo, la mayoría escoge trabajar en el servicio doméstico,, peor remunerado que el trabajo del mármol, pero con más facilidades para sus objetivos a corto plazo. Aún así, algunas han sabido ver las ventajas de formar parte del mundo del mármol. Esta y otras mujeres son ejemplos reales de integración, inmigrante y femenina, un hecho que plantea la duda sobre si el sectores que debe adaptarse a ellas, o ellas al sector.
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