Las empresas de la comarca del mármol que venden sus desechos al Molino tan solo podrán enviar 100 toneladas a la semana, ya que la planta en estos momentos no puede absorber más capacidad
Los desechos de las canteras y las fábricas de Mármol han sido hasta hace muy poco una forma más de ingreso económico para sus propietarios.
Y es que tras la extracción de los bloques los fragmentos de pequeño tamaño e inservibles para solería o cualquier otra utilidad se llevaban al molino para triturarlos y de forma posterior comercializarlo en los mercados que se abastecen de los productos derivados de la piedra.
Una práctica que continua realizándose, pero a la que también ha llegado la tan temida crisis. Las empresas de mármol siguen generando desechos, pero la planta de Triturados Macael, ubicada en el polígono industrial Rubira Sola, ya no tiene la misma capacidad de absorción.
Y es que si hasta hace unos meses en el Molino de Macael podían descargar hasta doscientos camiones colmados de piedra en un mismo día, hoy se ha reducido de forma considerable esa posibilidad llegando a sesenta como mucho.
ASUPIMA (Asociación de Suministradores de Piedra en Rama) ha decidido poner un límite a las entidades que descargan sus materiales en la planta. Esta semana, por ejemplo, han estimado que tan solo podían absorver un máximo de sesenta toneladas por empresa.
Una cantidad que en muchos casos puede realizar una sola industria en un día. Además hay que tener en cuenta que esta semana tan solo ha habido tres días laborales en la comarca, por lo que la cifra modificará este lunes, ya que de nuevo se trabajaran los cinco días.
Las ventas de triturados y de sus productos derivados han descendido de forma considerable y a ASUPIMA les es bastante complicado comercializar todo el material que le llevan de forma diaria.
Una determinación que afecta de forma directa a todas las empresas de la comarca del mármol, ya que un número bastante importante de ellas estaban subsistiendo gracias a la venta de esta piedra, que tenía una salida muy fácil en el mercado tanto nacional como internacional.
Esta decisión se ha tomado de forma provisional y se revisará de manera periódica. Cada semana la gerencia de la asociación de suministradores estimará cual será la cantidad máxima de piedra que acojan de cada empresa, y variará en función de la demanda que ellos tengan de material.
El presidente, Domingo Domenech, ha explicado que ellos van a comprar lo que vendan, "si liquidamos 1000 toneladas al día eso será lo que negociaremos. Lo que no podemos hacer obtener es más de lo que despachamos".
En estos momentos no pueden contratar a nadie, ya que el volumen de negocio no lo permite, aunque al menos tampoco han despedido a ninguno de sus trabajadores.
Domenech recuerda que dos de sus empleados se han jubilado hace unos meses y que no han querido meter a nadie más, ya que tienen suficiente personal. Lo que si han hecho ha sido suprimir las horas extras, y de esta forma permitir que los 48 empleados actuales puedan continuar en sus puestos de trabajo.
El presidente de ASUPIMA ha reconocido que cuando se llenan los silos de material, si no se vende no se puede albergar más porque no hay capacidad.
Por eso en estos momentos tan solo se descargan unos cincuenta o sesenta camiones de piedra al día. Veinte toneladas diarias, que a la semana son cien.
"Es una forma de aguantar la crisis como sea. Este año 2009 vamos a comprar menos cantidad de piedra que otros", añade Domenech.
En estos momentos las empresas tendrán que estar pendientes de nuestras ventas y en función de ellas obtendremos el material. Las pequeñas y medianas entidades lo van sentir mucho, pero no podemos actuar de otra forma, se lamenta el presidente de ASUPIMA.
La actividad de esta empresa consiste en la compra de residuos de canteras y sobrantes de fábrica de color blanco para su machaqueo, trituración y clasificación para venderlos a industrias de pintura, a campos de golf y entidades dedicadas a la decoración, que son los grandes destinatarios de estos productos.
ASUPIMA se creó en 1982 con 120 socios iniciales. Al poco el número alcanzaba los 147, y el presidente desde su fundación ha sido Domingo Domenech.
Una asociación que nació con el objetivo de suministrar materia prima a las distintas plantas de molienda, procedentes de los desechos originarios de canteras y fábricas de elaboración de mármol.
De forma posterior se creó Triturados Macael, para suplir la carencia del sector por la desaparición de plantas de triturado, con la meta de fortalecer un sector con exceso de piedra.
Y es que tras la extracción de los bloques los fragmentos de pequeño tamaño e inservibles para solería o cualquier otra utilidad se llevaban al molino para triturarlos y de forma posterior comercializarlo en los mercados que se abastecen de los productos derivados de la piedra.
Una práctica que continua realizándose, pero a la que también ha llegado la tan temida crisis. Las empresas de mármol siguen generando desechos, pero la planta de Triturados Macael, ubicada en el polígono industrial Rubira Sola, ya no tiene la misma capacidad de absorción.
Y es que si hasta hace unos meses en el Molino de Macael podían descargar hasta doscientos camiones colmados de piedra en un mismo día, hoy se ha reducido de forma considerable esa posibilidad llegando a sesenta como mucho.
ASUPIMA (Asociación de Suministradores de Piedra en Rama) ha decidido poner un límite a las entidades que descargan sus materiales en la planta. Esta semana, por ejemplo, han estimado que tan solo podían absorver un máximo de sesenta toneladas por empresa.
Una cantidad que en muchos casos puede realizar una sola industria en un día. Además hay que tener en cuenta que esta semana tan solo ha habido tres días laborales en la comarca, por lo que la cifra modificará este lunes, ya que de nuevo se trabajaran los cinco días.
Las ventas de triturados y de sus productos derivados han descendido de forma considerable y a ASUPIMA les es bastante complicado comercializar todo el material que le llevan de forma diaria.
Una determinación que afecta de forma directa a todas las empresas de la comarca del mármol, ya que un número bastante importante de ellas estaban subsistiendo gracias a la venta de esta piedra, que tenía una salida muy fácil en el mercado tanto nacional como internacional.
Esta decisión se ha tomado de forma provisional y se revisará de manera periódica. Cada semana la gerencia de la asociación de suministradores estimará cual será la cantidad máxima de piedra que acojan de cada empresa, y variará en función de la demanda que ellos tengan de material.
El presidente, Domingo Domenech, ha explicado que ellos van a comprar lo que vendan, "si liquidamos 1000 toneladas al día eso será lo que negociaremos. Lo que no podemos hacer obtener es más de lo que despachamos".
En estos momentos no pueden contratar a nadie, ya que el volumen de negocio no lo permite, aunque al menos tampoco han despedido a ninguno de sus trabajadores.
Domenech recuerda que dos de sus empleados se han jubilado hace unos meses y que no han querido meter a nadie más, ya que tienen suficiente personal. Lo que si han hecho ha sido suprimir las horas extras, y de esta forma permitir que los 48 empleados actuales puedan continuar en sus puestos de trabajo.
El presidente de ASUPIMA ha reconocido que cuando se llenan los silos de material, si no se vende no se puede albergar más porque no hay capacidad.
Por eso en estos momentos tan solo se descargan unos cincuenta o sesenta camiones de piedra al día. Veinte toneladas diarias, que a la semana son cien.
"Es una forma de aguantar la crisis como sea. Este año 2009 vamos a comprar menos cantidad de piedra que otros", añade Domenech.
En estos momentos las empresas tendrán que estar pendientes de nuestras ventas y en función de ellas obtendremos el material. Las pequeñas y medianas entidades lo van sentir mucho, pero no podemos actuar de otra forma, se lamenta el presidente de ASUPIMA.
La actividad de esta empresa consiste en la compra de residuos de canteras y sobrantes de fábrica de color blanco para su machaqueo, trituración y clasificación para venderlos a industrias de pintura, a campos de golf y entidades dedicadas a la decoración, que son los grandes destinatarios de estos productos.
ASUPIMA se creó en 1982 con 120 socios iniciales. Al poco el número alcanzaba los 147, y el presidente desde su fundación ha sido Domingo Domenech.
Una asociación que nació con el objetivo de suministrar materia prima a las distintas plantas de molienda, procedentes de los desechos originarios de canteras y fábricas de elaboración de mármol.
De forma posterior se creó Triturados Macael, para suplir la carencia del sector por la desaparición de plantas de triturado, con la meta de fortalecer un sector con exceso de piedra.
NOticia de El Almeria
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