“Enigmas y Leyendas de Almería”
Ocho son las historias seleccionadas por Alberto Cerezuela, un joven ejidense, nacido hace veinticinco años en Santa María del Águila, para su opera prima “Enigmas y Leyendas de Almería”, en la que realiza un recorrido por el lado más oscuro, a veces, y pintoresco, otras, de la provincia.
El libro, sale a la venta el día 25 de este mes de marzo, y ha sido editado por Cultivalibros S.L.; la distribución del mismo se realizará en los centros comerciales de la provincia, así como en varias de las librerías de mayor relevancia, tanto en El Ejido, como en Almería capital. Además, Cerezuela presentará su obra de la mano del Ayuntamiento de El Ejido, en la Feria del Libro que se celebrará en la Plaza Mayor de este municipio, en la que se encontrará firmando ejemplares a los compradores.
Paralelamente, y más adelante, Cerezuela trasladará a los alumnos de los institutos y colegios almerienses las vivencias y experiencias, así como las conclusiones obtenidas tras el proceso de documentación e investigación realizado.
Aunque los que quieran conocer todos los detalles tendrán que adquirir el libro, si se puede adelantar algunos de los temas que Cerezuela ha abordado personalmente. Algunos de ellos, como la posible cuna almeriense de Walt Disney, son parte de esas leyendas urbanas, o no, que todos los almerienses han oído alguna vez y que, incluso, han reflejado diversos medios nacionales a lo largo de los años.
San Valentín es otro de los personajes famosos que el pueblo almeriense ha reconocido como autóctono a lo largo, en este caso, de los siglos ¿qué hay de verdad en esa afirmación? “Enigmas y Leyendas de Almería” intenta encontrar la respuesta.
Pero no todo son hechos más o menos curiosos, Almería también tiene una historia negra a sus espaldas, como demostró el crimen de Gádor, que generó la figura del “Hombre del saco”, que sirvió para atemorizar a tantos niños de la piel de toro. En 1910, Francisco Ortega “El Moruno”, enfermo de tuberculosis, intentó curarse con la ayuda de los curanderos Agustina Rodríguez y Francisco Leona. La cura propuesta por estos: la sangre de un niño sano, todavía fresca. Un hijo de Agustina, Julio Hernández “El Tonto” fue el encargado de secuestrar al niño de siete años, Bernardo González Parra, que, a la postre, acabó muerto para que viviese “El Moruno”, que fue ejecutado por este crimen. Cerezuela, retoma ahora este caso, y lo trata en profundidad en las páginas de su libro.
No menos conocidos son los Fuegos de Laroya, como su autor los define, un “Expediente X” de la provincia, aún hoy no aclarado satisfactoriamente. En plena posguerra española, en 1945, durante dos meses toda España se sacudió con las noticias de las combustiones espontáneas acaecidas en el pequeño pueblo, cercano a Macael. La niña María, principal protagonista, y a la que parecían seguirle los fuegos, fue acusada en todos los sentidos, y acabó suicidándose tras ingerir sosa cáustica. No sería la única que lo hiciera.
Además de estos temas, el osado lector que decida adentrarse en la senda del misterio de Almería deberá cuestionarse que hay de verdad en algunas de las leyendas urbanas de la provincia, y, en un descanso, tal vez espiritual, conocer las distintas santas reliquias que se guardan con desigual celo en estas tierras.
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